Sí, parece que han pasado siglos desde la última vez que escribí, y es que la vida se abre paso y a menudo no deja tiempo a las aficiones, los planes y todo lo que soñamos para el futuro. Me paro a pensar y recuerdo que la última vez que tuve tiempo para mí y sólo para mí sin pensar en nada más fue hace mucho. Y no debemos descuidar nuestra alma, esa parte de nosotros que nos hace se quienes somos, fieles a nosotros mismos y a nuestros valores. Lo malo es que a veces el simple hecho de expresar lo que sentimos, lo que pensamos, nos distancia de las personas, cada uno vive su propia realidad, en un mundo creado a nuestra medida, no dejamos que los demás nos expongan sus razones porque las nuestras siempre serán más válidas que las de ellos. "Yo siempre tengo la razón." Esa afirmación no puede ser cierta, ya que la verdad no es absoluta. ¿Cuánta gente hay en el mundo? Pues bien, estoy segura de que cada una de esas personas tiene su propio punto de vista acerca de los problemas que nos preocupan y no sé si darían su brazo a torcer o se empeñarían en demostrar que saben más que el resto. Yo también tengo mi propia opinión sobre las cosas y la voy a defender porque mi punto de vista es igual de válido que el de otros. Lo que es justo es justo.
Bueno, voy a dejar de filosofar y diré que la vida es demasiado corta: hay que hacer lo que realmente nos haga felices ya que si no lo hacemos podemos arrepentirnos. Disfruta, ama, ríe, vive, sé feliz y siéntete orgulloso de quien eres y de ser coherente y fiel a tus principios. Ríe cada día y la vida te devolverá la sonrisa.
